Coprofagia, el hábito de comer excremento.
La coprofagia, el hábito de comer excremento, está incluido en el síndrome de pica o malacia. Este síndrome consiste en un deseo irremediable de ingerir sustancias que no son comestibles, como las heces, la basura, los desperdicios u otros objetos.
La coprofagia es común en los perros y extremadamente rara en los gatos.
Tipos de coprofagia, el hábito de comer excremento.
Existen tres tipos de coprofagia, y las debemos de diferenciar ya que sus causas pueden ser distintas.
Autocoprofagia. Ingieren sus propios excrementos.
Coprofagia intraespecífica. Comen excrementos de otros perros.
Coprofagia interespecífica. Comen excremento de otras especies.
Autocoprofagia. Es más común en cachorros.
-Puede ser por ocultar las heces. Perros a los que se les castiga por defecar dentro de la casa, pero el cachorro aún no ha entendido en qué lugar debe hacerlo. O, no se le saca las veces o frecuencia necesaria para que él pueda evacuar en el lugar permitido.
-Perros que no tienen una alimentación correcta, en cantidad o calidad, o tienen algún problema digestivo en el que no digieren adecuadamente y las heces contienen grasas y proteínas.
Imitación. Copia a otro perro con el que convive que es coprófago.
Coprofagia intraespecífica.
-Madre que come los excrementos de sus cachorros. Esto es un instinto natural y es el único tipo de coprofagia que se considera normal. La hembra de esta forma conserva el limpio el nido, libre de olores, moscas y parásitos.
-Comer excremento de un nuevo cachorro en casa. Un perro adulto puede tener memoria de cuando se le entrenó a él para no defecar en el interior de la casa. De esta forma evita regaños y castigos por el propietario.
-Comer heces de otros perros en la calle. Suele pasar por que esas heces conserven olores o nutrientes que atraen al perro. Generalmente sucede en cachorros.
-Coprofagia interespecífica. Los lobos y zorros en libertad ingieren heces de grandes rumiantes ya que ahí encuentran restos de proteínas. Muchos perros lo hacen cuando están libres en el campo, y en la casa, las heces de los gatos pueden ser atractivas para ellos.
Factores involucrados.
Investigadores del Centro para la Salud de los Animales de Compañía de la Universidad de California en Davis, se dieron a la tarea de averiguar los factores involucrados en la coprofagia, el hábito de comer excremento. Denominaron al estudio: “The paradox of canine conspecific coprophagy” (La paradoja de la coprofagia canina congénere).
El estudio se desarrolló con dos encuestas en línea. La primera recibió 1,522 respuestas y arrojó que el 16% de la población de perros en general se podía clasificar como comedores de heces debido a que se les encontró ingiriendolas por lo menos en 6 ocasiones. En este grupo, el 76% se le sorprendió más de 10 veces.
La otra encuesta fue para los propietarios de perros que ya comían heces y hubo 1475 respuestas. El 62% de los perros consumían a diario las heces y el 38% lo hacían semanalmente.
Se determinó también que los machos intactos son menos propensos a presentar coprofagia en paralelo con los perros castrados de ambos sexos.
Los perros coprófagos generalmente viven con otros perros y son comedores ansiosos.
El 40% de los Border Collie y los Pastores de Shetland sufren coprofagia. No se reportó que los Caniches (Poodles) manifestaran esta conducta.
Causas de la coprofagia.
Se considera que existen dos causas principales: de comportamiento y médicas.
- De comportamiento: espacio sucio donde habita el perro, respuesta al castigo por defecar en lugares no permitidos, estrés (cambios en el ambiente, aburrimiento por falta de juego o actividades).
- Médicas: Insuficiencia pancreática exógena, también se ha relacionado con hiperadrenocorticismo, administración de corticoides exógenos, síndrome de malabsorción intestinal, parasitismo intestinal, diabetes mellitus, hipertiroidismo, y se habla también de dietas deficientes aunque esto no se ha comprobado.
La actividad y el juego puede disuadir la coprofagia.
¿Sirven las soluciones comerciales para eliminar la coprofagia?
En el mismo estudio de la Universidad de California en Davis, antes citado, se hicieron encuestas en línea para evaluar la efectividad de 11 productos disponibles comercialmente para eliminar esta conducta.
Solo uno de los productos tuvo un 2% de efectividad, otros tres, su éxito fue del 1% y los demás no sirvieron en lo absoluto. La orden “deja eso”, obtuvo el resultado más alto, 4%.
Consejos para disuadir la coprofagia.
La principal, recoge las heces de tu perro a la brevedad, de ser posible en cuanto evacue.
No permitas la inactividad y el aburrimiento en tu perro. Proporciónale juguetes que lo distraigan y mantenlo ejercitado. La falta de estimulación física y mental tiende a desarrollar conductas extrañas.
Mantenlo saludable y bien alimentado. Además de una dieta balanceada, puedes proporcionarle suplementos con enzimas y probióticos que mejoran su digestión.
Si a tu perro le gusta comer las heces del gato, procura poner el arenero en un lugar inaccesible para él o conseguir un arenero con puerta que evité su fácil acceso.
En caso de que decidas utilizar un producto comercial para evitar la coprofagia, verifica que sus ingredientes sean naturales y no tóxicos para tu perro.
Cuando el esfuerzo para abandonar este hábito no rinde fruto, no dejes de consultar con tu médico veterinario para descartar cualquier posible causa médica, y si no es el caso, te remita con un especialista en la conducta canina.